EEUU e Inglaterra: protestantismo y evangelicalismo en Amerindia [terminado]
disidentes ingleses |
Inglaterra fue una zona afuera de la influencia del Vaticano, tanto en su rama del Sur-Oeste de Europa (España y Alemania, o las regiones francesas, etc), así como de la rama italiana, cercana al Imperio Bizantino. Esto es así a tal punto que los puritanos llegados a Estados Unidos desde Inglaterra, lo hicieron por exclusión no solo de puritanismo como rama protestante o evangélica, sino por la exclusión de formas como el catolicismo y los ateos (quienes fueron excluidos en común de los actos que fueron subsumiendo y dando reconocimiento a los movimientos disidentes desde el siglo XVII hasta el XIX. ¿Por qué desde el siglo XVII? Por la Revolución Gloriosa que instauró el primer parlamento en Europa (pero no la primera división de poderes, ni tampoco el primer poder legislativo, que son lo mismo de modo equivalente y no idéntico –el problema de la protosuzeranía gentilicia y la posterior suzeranía a lo largo y ancho de todas las aristocracias del mundo, sin tener ninguna civilización ni región ni etnia como centro nunca antes de la modernidad capitalista e industrial misma, son todos una problemática de división de poderes y de legislación-). Es durante todo ese período que confluye el secularismo con el ateísmo, y en conjunto con ellos, todas las denominaciones incluso ortodoxas o neo-ortodoxas (pero sin confundir ambas: me refiero incluso a los más férreos de los creyentes y ortodoxos mismos), del mismo modo que la disidencia proviene de la teología y la religión, en este período pre-moderno: tal y como securalismo se refiere a un prelado gregario, y no-cenobita, el disidente nace de las facciones religiosas y ateas mismas que lucharon en conjunto por la instauración de la revolución inglesa, que a su vez fue la síntesis de la transición entre época caballeresca y absolutismo.
Esto habla del desarrollo paralelo de los conflictos entre
época caballeresca y absolutismo tal y como se dieron en Inglaterra, y el salto
cualitativo que se dio a través de este mismo parto difícil entre medioevo y
modernidad industrial, en los Estados Unidos de Norteamérica: la revolución
inglesa es la antesala del exilio puritano hacia Estados Unidos, el salto
cualitativo de la agricultura estadounidense que, sobre los hombros del mercado
inglés, iniciaron la agricultura farmer inmediatamente como un mercado ya
monetario y con dinero moderno, para la venta y compra de la totalidad de los
territorios conquistados por la colonización de esta migración, sin pasar por
los vestigios pre-modernos en el agro. Esto acelera como nada la síntesis de la
revolución estadounidense, y es la razón por la cual es anterior a la
revolución francesa y caribeña, la razón por la cual sobrevive la corona
inglesa (por su anterioridad dos siglos antes), y su eliminación a través de la
separación entre iglesia y estado, en los Estados Unidos, Francia y por supuesto,
el Caribe (aunque con el pequeño detalle, de que los llamados 'jacobinos negros' sí reinstauraron el esclavismo sin europeos en el poder, cosa que no se quiere mencionar desde la lectura de izquierda). Por ahora debe quedar claro que esa síntesis es también la del
desarrollo del puritanismo, de los movimientos cuáqueros, y del futuro
evangelismo-protestante hasta la actualidad. ¿Cómo? Por sus raíces heterodoxas
inglesas con respecto al catolicismo continental, y su defensa de la pluralidad
ecléctica basada en la neo-ortodoxia, pero además, su relación con el
panteísmo, el panenteísmo, el deísmo, y otras denominaciones, cercanas a
teologías racionales, la conjunción de teologías negativas con las positivas, y
además, en contradivisión a lo interno del protestantismo, con las tendencias
de teologías de revelación; el conflicto principal que atraviesa tanto nuestro
primer texto, sobre órdenes mendicantes católicas y los movimientos
protestantes, es precisamente la misma disyuntiva del siglo 2 D.C. alrededor de las
órdenes agustinianas y San Agustín mismo: es decir, la división de “Occidente”
y “Oriente” gestada no con la cristianización, sino con la escisión de las
sociedades gentilicias, suzeranas y proto-suzeranas (en sentido temporalmente
inverso).
Los cuáqueros y puritanos, con respecto a los pioneros,
tienen la misma relación que las órdenes mendicantes católicas y los
movimientos protestantes con respecto a los colonos del resto de Amerindia, es
decir, con el segundo momento (en sentido hegeliano), a través del cual la
ofensiva colonial y de apoderamiento de tierras, es subsumida y superada por el
secularismo como modo de penetración entre sectores gregarios. Esta debería ser
una hipótesis incluso para la formación de órdenes militares europeas, y la
formación de estas órdenes contemplativas y estudiosas no-militares sino
gregarias y seculares. Estos dos momentos se repiten en todas partes, con
excepción de las regiones donde recrudeció la guerra santa, la inquisición
misma, la contra-reforma, y es evidentemente, el fracaso mismo de los conflitos
civilizacionales medievales, y un cambio de giro estratégico, y no solo
táctico, por perseguir este tipo de cristología, milenarismo y destrucción
apocalíptica, la cual frente a su propio fracaso, e interminable tragedia
brutal y dolorosa, reflejada en las guerras de 100 años o la peste, lo que ha
condenado este intento absurdo y milenario de cumplir con un texto o gematria
textual, con acérrimo impulso apocalíptico (además del centramiento en ese
texto, y no en las relaciones mínimas y de comunión mínima entre el Viejo
Testamento y el Nuevo Testamento –que evidentemente, son solo una red textual
de interpretación escrita al modo de las antiguas tribus y clanes que
conformaron dichos textos no solo en una sola región focal en el mundo, sino a
lo largo y ancho de migraciones y de sistemas de escritura y de textos y de
sistemas exegéticos matemáticos y simbólicos de millones de culturales, etnias,
regiones, etc –lo cual podemos resumir, como el centramiento en la biblia, y no
en su entramado cosmopolita, universal y en nada sectario-), con tal de hacer
cumplir una llegada al mundo de la destrucción y la extinción de la especie
(tanto en la escala del medioevo, como en la escala actual del medioevo
revivido por la pandemia y por el medievalismo y oscurantismo actuales), solo
para reificar estos textos y estos sistemas sintácticos, por encima de la vida
y el mundo mismos. Es decir, de las representaciones y símbolos, por las
idolatrías y los íconos, podríamos decir, por encima de la realidad misma que
dichos textos o sistemas pudieron haber tenido fructíferamente en la escisión
misma de las sociedades gentilicias y el inicio de la decadencia en nada
apocalíptica, sino de la supervivencia misma de la especie, para la cual deben
haber tenido su función el conocimiento mismo de estos textos y sistemas
protocientíficos (y no pre-científicos: de hecho, en su época, absoluta y
completamente científicos, pero cooptados por la disolución misma de las
relaciones filiales y de parentesco, con el objetivo de la aparición de las
sociedades de castas, incluso contra la vieja aristocracia bárbara, y su
perversión por la civilización).
Este es precisamente el llamado de todas las órdenes,
tendencias y movimientos citados hasta aquí como llegados a Amerindia a través
de los primeros colonialismos, y el reflujo del segundo momento de cada uno de
ellos. La divergencia entre EEUU e Inglaterra, es que la revolución industrial
permitió en Inglaterra una síntesis mejor a través de su revolución del siglo
XVII, mientras que en Estados Unidos su salto cualitativo, precisamente por
el hecho de ser colonia de Inglaterra, se dio tardíamente hasta el siglo XIX y
la síntesis que lograron el triunfo de Lincoln y el republicanismo de esa
época. El escollo del desarrollo estadounidense mismo, y lo que habría incluso
evitado la guerra civil de finales del siglo XIX, es la necesidad del
esclavismo de un expansionismo que agota la fertilidad de sus propias tierras,
sus propias materias primas, sus propios trabajadores y ciudadanos, y su propio
valor, como la expresión máxima de un maltusianismo completamente ciego y
brutalmente inerte frente a sus propios intereses; no solamente por la justicia
o no, sino por el continuo agotamiento de sus zonas de explotación, que lo
llevan a contradecir los intereses de sus propios socios y aliados en materia
agrícola, atrasando el desarrollo de la industria, y provocando que el
desarrollo avanzado se produzca en las regiones del norte de Estados Unidos,
donde se evita semejante atraso y subdesarrollo (entendible simplemente por la
subyugación de los Estados Unidos frente a la corona inglesa en su momento, y
posteriormente, por los vestigios de ese subdesarrollo de una colonia, que solo
gracias a la síntesis de la guerra civil triunfante contra todo tipo de
divisionismo y sectarismo, y en pos de la unificación, lograron tan siquiera
luego, durante el siglo XX, alcanzar a sus competidores prusianos, franceses e
incluso a la misma Inglaterra, y superarlos.
Este desarrollo no-revolucionario en el sentido de cambiar de un solo quiebre el modo de producción, es lo que comparten las regiones Amerindias como un todo, tanto Estados Unidos y su revolución del siglo XVIII y su guerra civil del siglo XIX, como el resto de lo que se conocería como Latinoamérica como transición entre dos modos de producción o dos tipos de sistemas económico-políticos. Inglaterra precoz y Francia haciendo un corte político limpio entre un modo de producción y otros, mientras que Nueva España y Centroamérica haciéndolo a través del modo prusiano, tal y como el Sur de Europa (Bismarck, Garibaldi, o en Portugal entre Alfonso I en el siglo XII y Salazar en 1910 -no por nada, en una transformación también separada en dos tiempos, como un grado intermedio entre las vías del Oeste de Europa, y las del Sur de Europa, y teniendo en cuanta las gradaciones que más allá de Europa van hasta los grados de vía prusiana del mundo colonial-). Nueva Granada y las regiones Andinas al contrario, enfrascándose en una lucha armada por la independencia. ¿Porqué? Porque el grado de acumulación de Nueva España era superior al de Nueva Granada, y eso permitió evitar un esfuerzo militr que se dio en un primer momento en México, para volcar al estado colonial hacia el estado de mercado capitalista, con la superioridad de sus agentes económicos criollos, españoles y mestizos para empujar como un castillo de naipes, dicho vuelco. Esto permite la independencia relativamente estable de Centroamérica. Y esto a su vez permite evitar el derramamiento de sangre que vivieron los libertadores sudamericanos. Son, como vemos, incluso en el caso de la guerra civil estadounidense, puras "revoluciones" o independencias por arriba. Este es el elemento común al desarrollo prusiano, que en Estados Unidos sería la forma de un proceso farmer y prusiano al mismo tiempo, evitando la revuelta del esclavismo, a través de su eliminación y desaparición como modo obsoleto de productividad.
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