La precondición para el fin del colonialismo obsoleto
Los joint ventures de Singapur lograron defender los recursos y el trabajo no solo de sus pueblos autóctonos, sino defenderse incluso de la trampa de las patentes y los negocios conjuntos que pudieran ser robados por el colonialismo. La precondición en occidente, es el perdón de los arriendos con indemnización, y la protección absoluta del agro local a través de subsidios para la agricultura, pero además de proteccionismo y ‘dumping’ que contraponga el ‘dumping’ de las potencias: las potencias pueden subsidiar, pero a los países “Tercermundistas” les dicen que conviene mejor no hacerlo. No se trata solo de subsidios, sino de proteger el secreto, la propiedad y el no-compartir ni las mezclas, ni los insumos, ni las materias primas, del agro en su totalidad. Singapur logró proteger su sector agrícola interno, y gracias a esto, pudieron formar empresas locales y joint ventures, que ya fuera con subsidiarias o compañías extranjeras, no compartieran en lo más mínimo ni siquiera las patentes, y ni siquiera la propiedad intelectual, ni siquiera de tipo conjunto, teniendo como antecedente su propia política agraria en conjunción con nadie más que consigo mismo como sector agrario nacional, pero como precondición para la conjunción con los capitales extranjeros. Esto ha salvado a Singapur de ser el país de Asia que no necesita participar del pago de tarifas o impuestos compartidos, para la producción farmacéutica, química y demás en dicho país, y una vez solventada esta problemática agrícola en favor no solo de los campesinos, sino de las propias agroindustrias y comerciantes, poder ya hablar del desarrollo exportador y multinacional. Asegurada esta propiedad propia inalienable y privada, gracias en especial al hecho de hacer palanca geopolítica con Japón, país en el que nadie piensa para hacer palanca, pero que está dispuesto a contraponerse (además de tener la fuerza) para contraponerse a la totalidad del resto de potencias del mundo colonial, queda lista la precondición misma para la aglomeración multinacional condicionada, es decir, queda lista la precondición para que no solo los mercados internos se abran a multinacionales, sino que la precondición para que las mismas multinacionales operen como subsidiarias de una propiedad privada propia local, o cuando menos a través de corporaciones o empresas completamente nuevas pero formadas por ambos lados (locales y extranjeros), pero en total protección de los activos, las regiones, las redes, territorios, conocimiento y materias primas propias, en total secreto y discreción de quienes son sus dueños, sin compartir un ápice con absolutamente nadie. Es decir, no se trata de una forma de agricultura por contrato más alejada o abierta, aunque ya la agricultura por contrato, aún con una multinacional, la multinacional NO es dueña de la tierra, ni los cultivos, ni las artesanías ni comercios, ni mucho menos los trabajadores de esas zonas. Pero más aún: se trata de crear una precondición a través de la cual dichas regiones y producción se vuelvan intocables. En las regiones donde ya el capital foráneo tiene potestad sobre las llamadas marcas, patentes, franquicias, etc, la salida es el ofrecimiento de ser subsidiarias y abaratamiento de costos, así como los M&A no de activos fijos, sino de las patentes mismas sobre el conocimiento natural, farmacéutico, químico, agrícola, y demás, propios de cada región y cultura. ¿Cederían a este negocio? Por supuesto. ¿Porqué? Pues porque esto haría florecer la tasa y masa de ganancia, dividendos, intereses y stocks, que hacen más fuerte precisamente a quienes han utilizado el colonialismo obsoleto. La idea de tomarse el mundo territorio por territorio, y adueñarse de este acervo de cada región, es dispararse en el pie. Si las multinacionales quieren aglomeración, primero van a tener que acceder a la devolución aunque sea remunerada o no, de dicho acervo químico, natural, agrícola y demás. ¿Porqué? Porque este es el detenimiento mismo que contrae la inversión bruta en el mercado mundial actual. Los complejos militares industriales, no saben que la apropiación de las tierras del petróleo o del agro o del desarrollo químico, farmacéutico, etc, en general, no tiene funcionalidad alguna. Israel misma se dispara en el pie, buscando caminar por todos los territorios para adueñarse de estos activos, cuando el gran logro no fue del partido nacional socialista de Hitler, quien también buscaba ir país por país a pie en completa ignorancia, como si pudiera tener una fuerza policial de un solo país frente a millones o billones de ciudadanos del mundo. Quien realmente logró expandirse por la totalidad del planeta fue Estados Unidos, debido al Plan Marshall, no debido a que tuviera que avanzar como idiota por todos los territorios para obtener más activos. Al contrario, este Plan Marshall fue incluso lo que dio dominio a los judíos mismos, no la guerra. Ahora se han olvidado de esto, y reviven desde el Golfo en el 91, un colonialismo insolentemente contraproducente incluso para el PIB israelí o estadounidense mismos (¿alguien se ha fijado en la caída de los índices industriales o del PIB mismo en Israel debido a su campaña actual?). El colonialismo no permite el florecimiento tanto autónomo de los mercados internos, como el de las multinacionales mismas. Israel tiene paralizada la producción de Gaza, paralizando la valorización misma del mercado. Las potencias mismas se reindustrializarían, y dejarían de haber “tercermundismos” en el corazón de Nueva York o California o París, si tan siquiera se dieran cuenta que no necesitan de ser dueños de los activos, para que fluya y se retroalimente su propia tasa y masa de ganancia, dividendos, intereses y stocks. Se necesita el modelo japonés: el modelo que en lugar de buscar ser dueño de la totalidad de todo lo que le rodea o coloniza, más bien permite a estas regiones florecer a su modo (las reformas agrarias de los Tigres Asiáticos, teniendo como antecedente la propia reforma agraria japonesa en sí misma), y esto le trae más réditos. Incluso el Plan Marshall tenía más acercamiento a lo japonés, con la gran diferencia del colonialismo medieval. Lo que logró además del colonialismo, el aseguramiento para Estados Unidos mismo, fueron las finanzas. Y lo que vemos hoy en día es el desplome de la producción industrial misma de Israel, no en oposición a ellos, ni siquiera sus sectores ortodoxos, sino de la equivocada reaparición del colonialismo. Esto está golpeando los propios pies de la finanza judía y estadounidense.
5 meses después:
Se desploma el índice de producción industrial israelí, tal y como advertíamos:
producción industrial de Myanmar después del golpe |
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