Transhumanismo y eugenesia
La eugenesia es tan vieja como Spencer. Pero Spencer es un equivocado lector de Darwin, razón por la que Darwin escribe Selección natural, y no solo el Origen de las especies. Muchas disciplinas humanas tienen características eugenésicas: desde el sector pecuario, pasando por la botánica, el agro en general, etc. El problema del movimiento eugenésico internacional es buscar a priori una justificación ideológica, que ni los mismos sectores conservadores desean por el bien de sus familias: la ciencia comprueba una y otra vez que los síntomas o las patologías (que en realidad son simplemente rasgos de carácter en psicometría, y que son simplemente defectos y mutaciones genéticas y fenotípicas, cosa que aclararemos aún mejor más adelante, como veremos), deben enfocarse en el carácter medicinal que ayude a la superioridad de la especie, no a la erradicación ni el entorpecimiento de su enaltecimiento. ¿No es esto también una justificación ideológica de justicia? No lo es. Las enfermedades de un grupo X, no pueden ser cotejadas con grupos A y B, ya que la característica X se dividiría entre dos grupos diferentes con los cuales no existe ya no solo correlación, pero ni siquiera tampoco correspondencia alguna. O de otro modo: un grupo universal dividido entre A y B para analizar la enfermedad, rasgo, característica o patología médica (etiología) X, en lugar de aislar el elemento X con el cual se desea lidiar a lo largo y ancho de la población, lo que hace es dividir la población, y perder precisamente la correspondencia, y ya no solo la correlación estadística precisa, con la cual se quiere tratar o lidiar medicinalmente con el tema. Lo mismo sucedió con los postulados de Kosch de finales del siglo XIX e inicios del siglo XX, y su complicación a lo largo del siglo.
Si el
movimiento eugenésico busca la superioridad de la especie, debe buscar la
adaptación. Las patologías, enfermedades, deficiencias estrictamente médicas, y
no darwinistas solamente, son precisamente las que debe buscar el darwinismo:
puede que tengan como causa alelos, variantes de alelos y genes, además de
agregados múltiples de alelos, variantes y genes, con efectos moleculares o
efectos agregados, tanto micro como macro. Esta es la labor que debe estudiar
la eugenesia entendida como medicina, no entendida como la medicina en función
de la inferioridad y la deficiencia de la especie. Por ejemplo: si la
enfermedad X es producido por alelos y variantes A, B y C, son las métricas que
buscan la división en grupos de variables a priori, las que evitarían encontrar
las causas reales de las mutaciones X; si dividimos en un grupo ‘blanco’ y otro
‘negro’ todos los padecimientos X, y asumimos que son estas variables
estadísticas las causantes del padecimiento, entonces se ocultaría no solo el
efecto de A B y C entre blancos y negros, promovimiento entonces el
esparicimiento del padecimiento, o en caso proporcionalmente inverso, el
ocultamiento de las causas en el grupo opuesto. A B y C no formarían parte del grupo
blanco o el negro, sino que tanto el grupo blanco y el negro estarían
atravesados por A B y C como causantes de X.
Por último,
el transhumanismo y los movimientos transhumanistas ligados como un segundo
tiempo del movimiento eugenésico, tienen como tarea a su vez, el juramento
hipocrático, y no la ciencia ficción. Sus mismos hallazgos se basan en señales
de otras señales. Electrodos y demás suplementos técnicos que lo que hacen no
es perpetuar la vida, mucho menos la salud (cuestión que tampoco está definida:
¿es el metabolismo la última palabra en cuanto a la definición misma de salud,
o se debe incluir el entorno? ¿Es la genética correspondiente a los fenotipos,
cuando sabemos científicamente que esto no es cierto? ¿No tenemos ya en
laboratorios desde hace décadas, evidencias suficientes de que no existen bits
de información en el sistema nervioso, que Tesla solo registra señales
interiores pero de movimientos musculares divergentes con la cognición, que el
problema duro de la consciencia está muerto, pero no por reduccionismo, sino
porque el reduccionismo es precisamente reductivo de todas estas problemáticas?
Y al mismo tiempo: ¿no están todas estas técnicas al servicio de
discapacidades, patologías y etiologías realmente serias, como los sordomudos y
los ciegos o los pacientes terminales que están logrando comunicarse a través
de estas señales, y no su trasplantación como valores métricos? ¿Y no es cierto
que la supuesta replicación de voces de momias o revitalización de corazones y
demás órganos dependen también de la presencia de electrodos, sensores, y demás
productores de señales, en lugar de su traducción entre sistemas que los
conviertan en valores y métricas?
La función
del transhumanismo es renunciar a un proyecto que a todas luces, tal y como los
supuestos desbalances químicos del cerebro para la angustia o la depresión y
otras supuestas patologías psicológicas, psiquiátricas y psicométricas, son la
causa etiológica de las observaciones que puedan o no ser patológicas, que
puedan o no ser simples características, que puedan o no ser simples rasgos
egodistónicos, que puedan o no puedan ser incluso funcionales dentro de su
disfuncionalidad (tal y como toda mutación, en otra población, puede llegar a
ser -aunque tampoco necesariamente, sin romanticismos-es un rasgo salvaje
típico, y viceversa -tal y como en la Selección Natural y no en el Origen de
las Especies). La función entonces de
tal envergadura, es ponerse al servicio de una ciencia realmente médica, es
decir: la medicina es de cabo a rabo eugenésia: erradicar el SIDA es eugenesia,
erradicar tumores es eugenesia, las prótesis admitidas de modo consciente son
eugenesia. Lo que es una línea roja inadmisible es el uso experimental de la
ciencia, y del valor eugenésico mismo de la medicina, para otros fines afuera
de la medicina: la medicina se atraviesa con la eugenesia, pero la eugenesia
misma no necesariamente es medicinal, mucho menos hipocrática. Esta asimetría
fundamental permea no solo a la disciplina científica de la medicina ni mucho menos,
sino al contrario: son los proyectos transhumanistas de todos los tipos los que
permean a la medicina; es la eugenesia en sentido no médico, que no busque la
erradicación de toda enfermedad, el aniquilamiento de todo alelo, variante de
alelos, genes, etc, que produzcan enfermedades. Este aniquilamiento médico es
el que debe ser la función misma de este absurdo hobbesianismo, si es que tan
siquiera desea hablar o plantear sobre la mesa el tema de la eugenesia misma, y
si en verdad sus acólitos y proselitistas en verdad quienes ponerse al frente
de la sociedad, de la humanidad y de sus propias familias, para defender tal
enfoque.
El problema
fundamental está en que la medicina no es distal, sino proximal, como
disciplina. Las métricas están ayudando a eliminar a un porcentaje
inauditamente pequeño las malas praxis, pero porque están supeditadas a lo
proximal. Los médicos son entonces manipuladores de señales, cuyas métricas
están en función de ello (como el infame tema escabroso de la sobreestimación o
subestimación estadística de malas praxis en la medicina). Los hospitales y los
laboratorios son suficientes cuantitativamente, y lo deben ser aún más
cualitativamente, de la mano de esta distinción fundamental: los valores en
función de las señales, del mismo modo que el formalismo más formalista y puro,
en función no de su aplicación, sino en función de sus verdades formales y
empíricas mismas.
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